Investigación en San Luis:

Debilidades y Amenazas vs Fortalezas y Oportunidades

En la mayoría de las ocasiones, reconstruir la historia de nuestras familias es algo así como resolver un complicado puzzle o rompecabezas, en el que además del desafío que supone el hecho de ir encajando y combinando cada pieza correctamente, pretendemos –gracias al resultado final-, comprender la composición en su conjunto. 

Esta analogía representa en cierto modo el reto que se asume al incursionar en la genealogía y para ello, se hace necesario que cada uno de esos elementos refleje de forma minuciosa, una información contrastada y fidedigna.

Para aquellos que tienen raíces puntanas o están abocados a la investigación histórica y familiar, esta condición no es una tarea sencilla, ya que la provincia de San Luis tiene la particularidad que es una de las pocas zonas del país en las que no se permitió la microfilmación y/o digitalización de sus registros eclesiásticos, a lo que se suma el hecho de que la localización y consulta de los mismos -in situ-, es un hándicap que desde antaño, muchos debemos sortear.

Conocedora de esta peculiar coyuntura, nunca pensé que resultaría sencillo avanzar en la investigación genealógica de mi rama paterna, sin embargo –y a tenor de lo actuado hasta el momento-, todo parece indicar que las dificultades con las que me he ido encontrando, no sólo han confirmado esta percepción, sino que ésta, ha resultado ser mayor de lo que preveía inicialmente y es de lamentar que este hecho, no sólo se circunscriba a los registros eclesiásticos.

Este extremo no sólo atañe a la dificultad con la que un creciente número de interesados se encuentra a la hora de contar con esa pieza fundamental a la que me refería inicialmente; por encima de ello y más allá del ámbito genealógico, esta circunstancia además de invitarnos a la reflexión, nos empuja a abocarnos a un propósito superior, que no es otro que el de concienciarnos que este valioso e inestimable acervo, es un patrimonio familiar e histórico del que todos formamos parte y por el que todos debemos velar. 

En el ámbito genealógico, se es consciente que la difusión de este tipo de registros es la mejor garantía de su preservación y más allá de este marco, esta es una práctica habitual de la que sirven diversos organismos de todo el mundo, que constantemente están promoviendo diferentes iniciativas en las que evidencian su generosidad, respeto y compromiso con sus raíces e historia.

Existe la creencia generalizada que este tipo de acciones traen aparejada una importante inversión económica y la experiencia me dice que nada más lejos de la realidad, ya que en ocasiones, la falta de recursos potencia la inventiva, por lo que sólo es una cuestión de tiempo y buena disposición, a la hora de aunar voluntades y sinergias. Sin embargo, también se da la circunstancia que esta premisa pueda resultar insuficiente, ya que muchas veces se disponen de los medios y recursos necesarios, pero las personas que los gestionan, carecen de un nivel aceptable de honestidad, empatía, responsabilidad y/o compromiso.

Es probable que a raíz de estos comentarios previos, pueda transmitir una visión negativa e incluso cierto atisbo de frustración, pero igual de cierto es que esta circunstancia que prefiero calificar como puntual, está íntimamente ligada a las gestiones y tareas a las que me he abocado de lleno -dentro del marco provincial- en este último año y todo ello, desde la perspectiva y la experiencia que me ha procurado el hecho de haber consultado, visitado, investigado e interactuado -durante un extenso período precedente-, en diversas entidades, organismos y archivos -tanto civiles como eclesiásticos- de España, Portugal, Brasil, Suiza, Italia y otras provincias argentinas.

Al igual que en los artículos anteriores en los que la experiencia positiva fue la tónica general, en esta ocasión hubiese deseado recrearme con la excelencia de las respuestas y la eficiencia/eficacia de sus procedimientos, pero paradójicamente, en la provincia que se autodefine como puntera en lo que a iniciativas de la "era digital" se refiere, los hechos con los que cuento hasta el momento... demuestran todo lo contrario. Por eso hoy y antes de pasar a relatar en detalle el resultado de las diferentes gestiones realizadas -ya desprovista de cualquier prejuicio y subjetividad-, me permito compartir esta reflexión con la esperanza de remover conciencias e incentivar algún cambio, con el profundo convencimiento de que invariablemente, detrás de una Debilidad/Amenaza siempre se esconde una Fortaleza/Oportunidad.


data:homeMsg